Biescas es la capital del municipio que lleva su nombre, villa situada a 875 metros de altura, bañada por las aguas del Río Gállego y arropada por las Sierras de la Partacua y Tendeñera.
Su situación estratégica, ya en la Edad Media, hizo de Biescas una de las villas más importantes de todo el Pirineo. Durante años, fue un importante centro de desarrollo económico y hoy en día se ha convertido en un referente turístico a nivel nacional, uno de los enclaves estratégicos más visitados de todo el Pirineo, pues es un auténtico eje de comunicaciones con el Valle de Tena, el Serrablo, el Valle de Broto y Francia.
Esta dinámica villa está dividida por el mismo río Gállego en dos barrios muy bien diferenciados que toman el nombre de las iglesias que los coronan, San Pedro y el Salvador, muy recomendables para su visita, así como el Museo de la Torraza, un edificio con un tipo de arquitectura bellísima construido en el siglo XVI.