Susín, un rincón lleno de magia
Hablar de Susín es hablar de lucha y de esperanza. Es realizar un viaje en el tiempo, y poder llegar a saborear el eco del pasado a través de sus piedras, sus bordas, sus casas, su ferrería, sus árboles…
Y cómo no, de su iglesia en honor a Santa Eulalia (iglesia datada del siglo XI, y perteneciente al conjunto de Iglesias de Serrablo).
Susín es una población dentro de la Tierra de Biescas, en la zona geográfica denominada Sobrepuerto, zona comprendida entre el curso alto del Río Gállego y el Río Ara, y ubicada a los pies del Monte Oturia. Sobrepuerto, una de las zonas más despobladas de Aragón, donde pastos, terrazas, sendas y bosques vieron como poco a poco casi todos sus habitantes fueron marchando hacia otros rincones de España.
Susín, como la mayoría de pueblos ubicados en esta zona geográfica, fue uno de esos pueblos que a mediados del siglo XX tuvieron que ir cerrando las puertas de sus casas, para marcharse a otras localidades en busca de un futuro mejor.
Podemos decir que Susín es ejemplo de fortaleza, lucha y esperanza, referente entre los pueblos que sufrieron el éxodo rural. Susín cerró sus puertas, sí, pero tuvo la suerte de tener a una gran persona que luchó por mantenerlo vivo y para que las puertas de sus casas nunca se cerraran para siempre. No se puede hablar de Susín sin nombrar a su ángel de la guarda, Angelines Villacampa. Una señora de armas tomar que no quiso ver como su pueblo cerraba sus puertas y que durante décadas se dedicó a conservar vivo Susín, gracias a las actividades que organizaba para poder mantenerlo con vida.
Desgraciadamente, Angelines Villacampa nos dejó en el año 2013, pero siempre quedará impregnado en Susín su espíritu y sus sueños: «Mi sueño es que Susín tenga una restauración autentica».
Desde ese momento, la Asociación Mallau Amigos de Susín sigue con el cometido de mantener vivo Susín para que todos nosotros podamos seguir disfrutando de este viaje en el tiempo.
Se puede acceder desde Olivan o desde Lárrede, al igual que se puede hacer una circular, uniendo estos dos pueblos por parte del Camino de Santiago que comunica Oliván con San Juan de Busa, otra de las Iglesias pertenecientes al conjunto de Serrablo.
Una vez en Susín, nada pasa desapercibido: Pasear por su Calle Mayor y contemplar la Casa Mallau o Casa Ramón, dejarse cautivar por sus maravillosas vistas, desde Peña Oroel, pasando por Punta Güé, Burrambalo y toda la Sierra de la Partauca, hasta la frondosidad infinita de los caminos que llevan a otros pueblos de Sobrepuerto, como Berbusa, Ainielle o Casbas de Jaca.
Siguiendo el camino desde la iglesia, en apenas 300 metros nos encontramos con otro templo religioso la Ermita Virgen de las Eras. Un verdadero asombro que un pueblo donde en la actualidad se conservan dos casas, o mejor dicho, dos fuegos, como se decía antaño, tuviera casi los mismos templos que viviendas, y digo casi, porque se cree que pudo llegar a tener hasta cuatro fuegos en la antigüedad.
Debido a esta espiritualidad que desde antaño practicaban los vecinos de Susín, puede que por ello siga trasmitiendo paz, tranquilidad y magnetismo a casi todos los caminantes que hasta Susín se acercan.
Sin duda Susín siempre es una buena opción para una excursión, y además apta para todas las estaciones del año y para todo tipo de caminantes.
Es una de las excursiones, que aunque cortita, siempre queda en la memoria de todos aquellos que llegan hasta Susín. Su magia nos cautiva para siempre.
Y una última cosa, si tenéis opción de ver un atardecer desde la Ermita Virgen de las Eras, no os lo perdáis… Sin duda, una maravilla que seguro que os acaba hechizando.
(FOTO: Oscar Juliá Villacampa)
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